30 noviembre 2005

Todavía hay esperanza...


La esperanza es como la sal, no alimenta pero da sabor al pan, dice Saramago. Muy atinada la frase. La esperanza hace nuestra espera por un mañana mejor más positiva, más llevadera. Por más que gritemos a los cuatro vientos que este país literalmente se embromó, que esto no lo salva nadie, que hay que salir de aquí, no es menos cierto de cuando en vez nos sorprendemos, y por instantes nos olvidamos de todas las cosas malas a nuestro alrededor, y nos roban una sonrisa, y nos hacen pensar en un mañana mejor, en un país mejor, mas concienzudo, más civilizado.

Ayer, mientras iba a casa del trabajo, experimenté uno de esos momentos. Al abordar la Omsa en la parada correspondiente, la misma rutina diaria...quedarme parado hasta que en alguna de las universidades que cubre la ruta hacia casa se queden algunos de los pasajeros y pueda sentarme. Una parada después de la mía, abordó una señora mayor con su nietecita, y un caballero le cedió el asiento junto al cual yo estaba parado. Dos paradas después, en la correspondiente al Dominico americano, abordaron unos 7 ú ocho muchachos y muchachas procedentes de su clase de inglés. A partir de ese momento no pararon de vociferar todo el trayecto, como chivos sin ley (expresión esta preferida por mi vieja). Unos instantes después y mientras seguíamos la ruta, la nietecita de la señora, de unos 4 ó 5 años, comenzó a reprochar a los muchachos. Claro, por el bullicio provocado por ellos no pudieron escucharla, pero yo si que escuché cada una de las frases con mucho asombro. Entre otras cosas ella dijo: “Esto parece un patio de Colegio”, “No hagan bulla, que esta guagua es para transportar, no un parque”, “No me vuelvo a subir en la guagua de los asientos amarillos, mejor en la de los rojos”.

Yo iba sonriendo y emocionado por la actitud de la pequeña. Ahí quedó demostrado que la educación y las buenas costumbres tienen un valor incalculable. Quedó demostrado que con moral, ética y educación si que podemos cambiar y ser una mejor nación. Da vergüenza que una chiquilla de tan corta edad sepa como comportarse en los lugares públicos, y esta bandada de niños de papi y mami no lo sepan. Actúan como animales. Lo más sorprendente del caso es que no eran niños de la calle, no eran indigentes, no eran niños de albergue. Son niños cuyos padres están supuestamente pagando una educación decente, pero por lo visto en la casa nada de nada. Yo pido mucha sabiduría y paciencia para el momento en que me toque tener mis hijos, para así poderlos educar de la forma correcta. Todavía podemos cambiar...

6 comentarios:

Yde dijo...

dicen que la educacion empieza en la casa... pero ahora bien, tu sabes que a los chamaquitos le encanta cherchar, yo tambien fui una de esas bullosa alguna vez, claro no todos los días... hay q saber q para todo hay un tiempo y un espacio...
así educaré a mis hijos....

Pedro dijo...

Sip, cierto, yo no he sido un santo, hice de las mias tambien Yde, por mas tranquilo que aparente. Pero siempre decía: Todo tiene su tiempo/lugar...

Yde dijo...

es cierto, pero estos chamaquitos de ahora no se controlan en ningun sentido... un día escuche una conversacion xxx en un autobus, y esas son vainas q unos muchachos de 14 años deban andar pregonando... nop... es decir, chercha chercha pero cuando se debe y se tenga que!!!

Laurelle dijo...

Si, la educacion definitivamente empienza en la casa, pero tambien influyen muchas cosas en la vida rutinaria de los niños. Hay veces, en que los padres, le dan la mejor educacion a sus hijos y ellos no la saben aprovechar o simplemente no nacieron para ser como fueron educados.

Sadeli dijo...

Se dice que la educacion tiene varias caras y casas...la de donde creces, a donde estudias y adonde pasas la mayor parte de tu tiempo...la calle.

Todo es cuestion de saber educar bien a los hijos, no todo los padres tienen la paciencia o la fuerza de voluntad para ponerles un paro a las cosas.

Yo no fui un angelito...siempre fui la traviesa, pero lo hacia en casa...muy dificil afuera.

Pedro dijo...

Totalmente de acuerdo con ustedes. La educación es la columna vertebral de la sociedad. Muy cierto también que la educación en la casa da sus frutos. Al final nos resta decir a todos que cuando nos toque tener nuestros hijos, tener la sabiduría necesaria para educarlos de la forma correcta