24 junio 2007

Ocho Cosas Sobre Mí

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No soy muy fan de los jueguitos estos llamados “memes”, pero publicaré este por respeto y por complacer a mi amigo Víctor. Esta es la segunda vez que me sucede, la primera fue el famoso “Mis 5 Hábitos Extraños” a petición de Lisa. Bueno, sin más preámbulos, aquí vamos:

Ocho Cosas Sobre Mí:

Primera: Dejé de tomar leche por la simple y llana razón de que no pude acostumbrarme cuando me quitaron el biberón. Intenté tomar leche en vaso, incluso con aditivos como la fresalina (verdad, que se hizo ese asunto?), o con chocolate más recientemente, pero no me sale. No me gusta el sabor de la leche.

Segunda: Después de trabajar por 3 años con un jefe super exigente, el cual revisaba hasta el más ínfimo detalle de cada documento que yo hacía, al leer cualquier cosa, sea lo que sea, lo leo buscando faltas ortográficas, incoherencias, etc. Eso va también con lo detallista que soy por ejemplo al mirar una película, ya que suelo encontrar cosas que los demás no ven tan fáciles. Hasta identifico etiquetas de bebidas (no soy alcohólico, retengo las imágenes), hasta falta de coherencia en los diálogos Que manía la mía.

Tercera: Soy ser muy introspectivo. Suelo sumergirme con facilidad en mi mente, y “me voy lejos”, como suelen decirme las personas que me rodean. Es algo innato. Mi mente suele volar con mucha facilidad.

Cuarta: Soy perfeccionista. Digo que “las cosas se hacen bien, o no se hacen”. Una amiga suele decirme que no le gustaría tenerme de jefe, por lo exigente que soy. Suelo alterarme un poco cuando las personas no hacen las cosas como deben ser.

Quinta: No soporto la burocracia. Me incomoda como la gente suele ampararse en ella para no resolver los problemas. A veces tengo que lidiar con una “encargada de calidad” de una empresa que desarrolla software, y la niña me saca de quicio literalmente.

Sexta: Soy fanático de Fórmula 1, pero no tengo conocimientos de mecánica general.

Séptima: Me gusta escribir, pero nunca ando con papel y lápiz. Las buenas ideas suelen llegarme precisamente en momentos como esos, y cuando llego a la casa, ya he perdido la esencia de lo que quería escribir.
Octava: Siento que nací en el país equivocado. Prefiero los países disciplinados, tales como Suecia, Alemania o Japón.