27 septiembre 2006

Hay un horizonte para mal o para bueno

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Así reza una canción de Pedro Guerra. Yo siempre he sido un sentimental, no lo puedo negar. Está en mi naturaleza, en mis genes si se prefiere un término más científico. Yo soy de esos que creen que hay una canción para todo, por más cursi que pueda parecer, y no me importa lo que la gente piense sobre ello. La música para mi es como una liberación. La música me reporta una especie de nostalgia por cosas que no han pasado (como en Princesas), hay canciones que describen situaciones que nunca he vivido, pero que me gustaría experimentar.

Hay situaciones que si he vivido, y que están narradas en canciones. En algunos casos, escuché la canción primero, y años después me veo envuelto en dicha situación, o al menos en algo parecido a lo que narra la canción. Eso es lo que sucede con “Se Casaron Las Chicas”. En el año 2000 yo compré mi primer disco de Pedro Guerra, “Tan Cerca De MI”, donde está incluida esa canción. Ese fue un año singular para mí, porque había comenzado mis clases de inglés en Apec, y me tocaba viajar todos los sábados desde Azua. Durante ese año conseguí mi primer trabajo, y fue en ese año cuando terminé el bachillerato.

Desde que entramos en el cuarto curso del bachillerato, mi grupo de amigos y yo comenzamos a hacer planes acerca de nuestra fiesta de graduación, de en que universidad nos matricularíamos, y de que íbamos a alquilar una casa grande para vivir todos juntos aquí en Santo Domingo. Fue precisamente en esos días cuando escuché la susodicha canción por primera vez, y enseguida noté que la canción iba con el momento que estaba viviendo. Hay una parte de la canción que no aplicaba en ese entonces, pero que después, y casi a modo de profecía, iba a encajar perfectamente.

Aunque hay un horizonte para todos, cuando emprendemos el camino, cada uno de nosotros se va a tropezar con diferentes tipos de piedras. Los sueños son solo sueños. Por más que se quiera, nosotros no podemos alterar el curso de la vida, aunque si podemos influir un poquito en ello. En resumidas cuentas, y tras haber cumplido seis años de habernos graduado de Bachillerato, les doy un breve resumen de la situación actual del grupo: Mi mejor amigo de toda la vida ya está haciendo el curso monográfico, y antes de concluir el presente año, se graduará de Ingeniero en Sistemas. Otro decidió quedarse en Azua, se inscribió en Contabilidad y duró menos de un año; ya tiene 2 hijos con dos mujeres diferentes. Otro comenzó estudiando Publicidad, duró un buen tiempo fuera de la universidad, y reingresó hace poco a estudiar Informática. Había dos mujeres en el grupo, de las que no he sabido nada desde agosto del año pasado. Una de ellas con 3 niños, y un esposo que “no era ni príncipe ni era azul, y como por encanto se apagó toda su luz”, y la otra estudiante de medicina, que iba bien avanzada; a estas alturas, si ha continuado, ya debe estar haciendo el pre-internado. Un servidor no ha terminado la universidad, ha estado fuera de ella por un buen tiempo, se ha cambiado de universidad, pero no se queja en lo absoluto de todo este tiempo, pues le ha enseñado muchas cosas valiosas. Hay un horizonte para mal o para bueno…

P.S: Blogger no me permite subir imágenes.

18 septiembre 2006

Las cosas buenas duran poco tiempo

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Definitivamente está comprobada la afirmación que da título a este escrito. El sábado pasado estuve en un baby shower de la esposa de mi ex jefe, y estuve compartiendo con ex compañeros de trabajo. De más está decir que fue una actividad super agradable, la cual yo disfruté, y pasé un tiempo de maravillas. Durante la actividad, volvieron a mi memoria los momentos que junto a ese grupo me tocó vivir en mi anterior empleo.

Mediados de 2004. Mucha presión laboral y clases en Inforedes. Había semanas en las que no tenía siquiera tiempo para estudiar las lecciones y tomar los exámenes correspondientes. Acababa de cumplir dos años y medio trabajando para una firma de auditores en la que ya no me sentía a gusto. Entre las razones se encontraban: más responsabilidades, un sueldo de miseria, tener que soportar a compañeros de trabajo desagradables, un jefe desgraciado (ese es el adjetivo ‘decente’ que retrata su personalidad con exactitud, porque hay infinidad de palabras y frases ‘indecentes’ que le cuadran perfectamente), y sobre todo porque me sentía como un robot, totalmente automatizado. Necesitaba aires nuevos, poner en práctica nuevos conocimientos, y comenzar a recuperar la inversión en educación que durante ese año estaba haciendo.

Me había puesto como meta que a más tardar el 1 de febrero de 2005 ya estaría laborando en otra empresa. El 31 de enero inicié mis labores en el restaurante. Para mí era todo un reto. Tenía que viajar diario a Boca Chica (ni loco me iba yo a mudar allá), trabajar en un negocio con una situación legal frágil, y sobre todo no me sentía preparado para mis nuevas responsabilidades, aunque nunca lo demostré. El día de la entrevista me dejaron todo claro: puedes estar un año, como puedes estar una semana, no te podemos garantizar tiempo, porque esto es una administración judicial que en cualquier momento puede ser reemplazada. A sabiendas de todo ello, acepté, y no me quejo. El sueño duró 5 meses.

Ese fue, sin lugar a dudas, por mucho el mejor trabajo que hasta la fecha he tenido. El ambiente, a pesar de la amenaza de que podían sacarnos en cualquier momento, era siempre agradable. Ahí siempre había un chiste que contar, las órdenes se daban de buena forma, entre otras cosas. Lo mejor de todo era la hora de almuerzo. Comíamos en la playa, y no importaba que la comida estuviera mala (Coca Cola y panecillos con ajo me ayudaban), pero el solo hecho de poder olvidarte por instantes del trabajo, disfrutar el azul del mar, dejar que la vista se pierda en el horizonte, eso no tiene comparación. Definitivamente ese tiempo ha pasado como uno de los mejores de mi vida. El sábado pasado me volví a sentir como si estuviera en la oficina, solo que sin la playa, pero todo lo demás igual. Las cosas buenas duran poco.

12 septiembre 2006

Un pañito húmedo

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Disculpen las molestias, pero estamos pasándole un ‘pañito húmedo’ al blog. Durante estos días estaremos cambiando la apariencia del mismo, con el fin de facilitar su lectura, y mejorar ciertos defectos que tenía la plantilla anterior.

Por otro lado, ¡que bien se siente toma café nuevamente¡ después de un mes de tortura, esta mañana he vuelto a sentir el aroma, he vuelto a darle satisfacción a mi paladar. Por culpa de un tratamiento que estaba llevando, no podía tomar café. !Hoy he vuelto a vivir!

Nuevamente, perdonen las molestias, pero estamos trabajando para normalizar todo en el menor tiempo posible.

04 septiembre 2006

CoroBlog v4.0

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El viernes pasado me “estrené” en el asunto este de los coroblogs. Yo tenía mis reservas en cuanto a si ir o no ir, pero finalmente me aparecí por esos lares. Yo llegué a Cinema Café a eso de las 9 de la noche, y todo pintaba un poco aburrido, puesto que el pequeño grupo que ya estaba en el local era desconocido para mí. Las cosas fueron cambiando cuando Yde llegó acompañada de Mak, y ya me sentí en confianza.

En resumidas cuentas (porque el día no está para escribir mucho), me sentí muy bien, porque conversé con varias personas, entre las que estuvieron: Glendy, La pequeña Jenn, Guarionex, La Gitti, Luima, Corleone, Marino, Isak, Abnell, Kanulk, Rosa, Remedios y Ashat. A los que no mencioné, me disculpan, pero es que mi cerebro no está trabajando a toda capacidad. Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí les dejo algunas de ellas!

P.S: Lorena, no sabes lo que te perdiste!

01 septiembre 2006

Momentos

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Hay momentos en los que me inunda una tremenda ‘haraganería intelectual’. Durante esos momentos me cruzan por la mente miles de ideas para escribir, temas interesantes que quisiera tratar, pero simplemente no hago nada. No escribo. Me resulta como muy cuesta arriba hacerlo. Es en períodos de tiempo como esos que me ausento un poco del mundillo de los blogs.

Muchas veces siento como que tengo demasiadas tareas por realizar. Yo soy de esos de los que se agobian rápidamente, y basta con tener dos o tres cosas en el trabajo, y que se me presenten dos o tres cosas personales para sentirme presionado, sentirme atado. Precisamente ahora atravieso uno de tales períodos.

Confieso que soy un tipo bastante desorganizado en ciertos aspectos. Una de las debilidades más grandes que poseo, es la de no poder nunca asignarle prioridad a las cosas. Tampoco delego cosas en otras personas. En algunos aspectos de mi vida (casi todos realmente) he tratado siempre de ser autosuficiente. No me gusta pedir ayuda porque considero que es molestar a los demás. Sin embargo, no importa cuanto trabajo tenga, cuantas responsabilidades, nunca niego mi ayuda a mis amigos.

Tal es el caso ahora de mi mejor amigo de toda la vida. Crecimos juntos, y a excepción de los primeros cursos en la escuela, en los que nuestros horarios no coincidían, a partir del sexto curso estuvimos juntos. Estuvimos juntos durante el bachillerato, y hasta iniciamos la universidad juntos, seleccionando la misma carrera ambos. Pero yo, por motivos muy largos para explicar aquí, he quedado atrás. El caso es que el susodicho comienza en una semana su trabajo de grado, para graduarse, y me ha pedido ayuda.

Aunque me agobia un poco la idea, y a pesar de estar atrasadísimo en la universidad, yo creo firmemente que puedo ayudarlo. Creo que tengo la capacidad de hacerlo. Pero dejemos que sea el tiempo quien lo decida. Mientras tanto, he vuelto a dar señales de vida. Espero poder actualizar más a menudo.

**Haciendo lo imposible para ir al Coroblog esta noche. Aunque no me agrada la idea de ir, quiero hacerlo para cumplir promesas. Veremos que sucede**