Siempre he tenido un imán para atraer personas extrañas, desconocidas, algún que otro desequilibrado mental. Es inevitable. He intentado descubrir que atrae a personas desconocidas hablarme como si nos conociésemos de años. Me ha pasado en innumerables ocasiones. En el carro público, en la parada de la Omsa a las 9:30 de la noche, después de un arduo día fuera de casa, y cuando solo quiero llegar y dormir, claro, yo por buena educación no dejo de hablarles a esas personas. Yo me canso de preguntar que es lo que la gente me ve en la cara, porque sin conocerme se abren ante mi contándome sus problemas, como si yo fuese un psicólogo ambulante.
Debo reconocer ante todo el que lea este escrito que he disfrutado algunas de esas ocasiones. He tenido conversaciones jocosas, he tenido conversaciones abstractas con algunos desequilibrados mentales, claro, sin nunca faltarles el respeto, sino más bien buscando en ellos la posible causa de su estado, las razones que ellos tienen para pensar o expresarse de determinadas maneras. Una de esas ocasiones ocurrió hace ya unos dos años. Honestamente mi mente no me quiere hacer recordar el nombre del “loco” aquel. Estaba yo en Azua, en el parque del pueblo (porque en la República Dominicana la vida de los pueblos gira en torno al parque) con mis amigos, como es la costumbre de cada fin de semana que visito mi ciudad natal. De repente llega al grupo el personaje, seguido como siempre de un sequito de “muchachitos” preguntándole mil y una vainas, impacientado al infeliz loco. El, a pesar de tener todas sus costillas a la vista, no paraba de decir que estaba muy gordo, que tenía que inscribirse en el gimnasio, que estaba muy gordo, y mire eso amigo, mire lo gordo que estoy, ay no, yo no puedo estar así. De buenas a primeras el loco gordo imaginario (todavía no consigo acordarme del nombre) comenzó a recitar de memoria un discurso del fenecido Peña Gómez. Recito algunos versos también, y yo asombrado comienzo a cuestionarlo. Acababa de encontrarme con un loco intelectual. Esa noche me senté con el y hablamos mucho de literatura, de poesía, de Neruda, y mil cosas más que no recuerdo.
El sábado pasado ocurrió nuevamente. Mientras Frank y yo observábamos el hermanastro suyo instalando un sistema de sonido, Frank cámara en mano ha comenzado a tomar fotos, y de repente le toma una a uno de los ayudantes. El tipo, Bohemia en mano se dirige hacia donde nosotros para que le mostremos la foto, y comienza a hablar con nosotros. Se presenta así mismo, la primera de algunas diez ocasiones más que lo haría, diciendo que se llama Luis pero todos le dicen Michupi. Estuvo así dos o tres minutos, y cuando se va, dice algo en inglés, Frank le responde, y el regresa y dice Oh!, you peak inglis, mi tu, y Frank sigue hablándole. El comienza a narrarnos la historia de su vida y nos dice que vivió muchos años en Holanda, que allá se habla el dutch, yo me entrometo en la conversación y le digo que el dutch es un derivado del alemán, que si uno sabe alemán es fácil aprender dutch; el sorprendido me mira y me dice que como yo se eso, a lo que le respondo (con ganas de joder un poco) que yo soy casi europeo. Me pregunta que donde yo vivía o había vivido en Europa, y le digo que nunca he salido de mí país, pero como me gusta Europa he investigado lo suficiente para saber ese tipo de cosas. Me pregunta que si habló algún otro idioma, y yo nuevamente le digo que hablo un poco de portugués, de francés, de alemán, de italiano (técnicamente si, porque al menos se decir “si” y “me llamo pedro” en cada uno de esos idiomas). Michupi se alegra y me da un abrazo, y así tuvo varios minutos más hablando, dándonos la mano de vez en cuando, presentandose nuevamente, abrazándonos. Nos contó que vivió en La Haya, y limpiaba en el Edificio del Parlamento. Más adelante nos contaron que la cocaína lo hizo perder la calma. Mala inversión esa, destinar todo el dinero a inhalar polvos. Y miren ustedes el resultado. Uno que da muchos abrazos, se presenta así mismo más de veinte veces, y se alegra si le hablas de Europa. Y claro, tenía que pasarme a mi...todavía funciona el imán.
Debo reconocer ante todo el que lea este escrito que he disfrutado algunas de esas ocasiones. He tenido conversaciones jocosas, he tenido conversaciones abstractas con algunos desequilibrados mentales, claro, sin nunca faltarles el respeto, sino más bien buscando en ellos la posible causa de su estado, las razones que ellos tienen para pensar o expresarse de determinadas maneras. Una de esas ocasiones ocurrió hace ya unos dos años. Honestamente mi mente no me quiere hacer recordar el nombre del “loco” aquel. Estaba yo en Azua, en el parque del pueblo (porque en la República Dominicana la vida de los pueblos gira en torno al parque) con mis amigos, como es la costumbre de cada fin de semana que visito mi ciudad natal. De repente llega al grupo el personaje, seguido como siempre de un sequito de “muchachitos” preguntándole mil y una vainas, impacientado al infeliz loco. El, a pesar de tener todas sus costillas a la vista, no paraba de decir que estaba muy gordo, que tenía que inscribirse en el gimnasio, que estaba muy gordo, y mire eso amigo, mire lo gordo que estoy, ay no, yo no puedo estar así. De buenas a primeras el loco gordo imaginario (todavía no consigo acordarme del nombre) comenzó a recitar de memoria un discurso del fenecido Peña Gómez. Recito algunos versos también, y yo asombrado comienzo a cuestionarlo. Acababa de encontrarme con un loco intelectual. Esa noche me senté con el y hablamos mucho de literatura, de poesía, de Neruda, y mil cosas más que no recuerdo.
El sábado pasado ocurrió nuevamente. Mientras Frank y yo observábamos el hermanastro suyo instalando un sistema de sonido, Frank cámara en mano ha comenzado a tomar fotos, y de repente le toma una a uno de los ayudantes. El tipo, Bohemia en mano se dirige hacia donde nosotros para que le mostremos la foto, y comienza a hablar con nosotros. Se presenta así mismo, la primera de algunas diez ocasiones más que lo haría, diciendo que se llama Luis pero todos le dicen Michupi. Estuvo así dos o tres minutos, y cuando se va, dice algo en inglés, Frank le responde, y el regresa y dice Oh!, you peak inglis, mi tu, y Frank sigue hablándole. El comienza a narrarnos la historia de su vida y nos dice que vivió muchos años en Holanda, que allá se habla el dutch, yo me entrometo en la conversación y le digo que el dutch es un derivado del alemán, que si uno sabe alemán es fácil aprender dutch; el sorprendido me mira y me dice que como yo se eso, a lo que le respondo (con ganas de joder un poco) que yo soy casi europeo. Me pregunta que donde yo vivía o había vivido en Europa, y le digo que nunca he salido de mí país, pero como me gusta Europa he investigado lo suficiente para saber ese tipo de cosas. Me pregunta que si habló algún otro idioma, y yo nuevamente le digo que hablo un poco de portugués, de francés, de alemán, de italiano (técnicamente si, porque al menos se decir “si” y “me llamo pedro” en cada uno de esos idiomas). Michupi se alegra y me da un abrazo, y así tuvo varios minutos más hablando, dándonos la mano de vez en cuando, presentandose nuevamente, abrazándonos. Nos contó que vivió en La Haya, y limpiaba en el Edificio del Parlamento. Más adelante nos contaron que la cocaína lo hizo perder la calma. Mala inversión esa, destinar todo el dinero a inhalar polvos. Y miren ustedes el resultado. Uno que da muchos abrazos, se presenta así mismo más de veinte veces, y se alegra si le hablas de Europa. Y claro, tenía que pasarme a mi...todavía funciona el imán.
12 comentarios:
no se porque pero el dominicano es el ser más abierto q encontrarás en cuestion de segundo se hace tu amigo, te invita a su casa a comer y luego luego no recuerdas que lo acabas de conocer... claro no siempre se da el caso.
mi querido pedro, a veces la persona q menos pensamos es la persona q nos dejará algo, tal vez por algo te pasa....
Funciona para hombres o para mujeres, ese iman?
Yanny...para halar locos y personas disimiles...obviamente que no atrae mujeres, pos toy solito
"Uno atrae lo que irradia", mi adorable pit! ;)
"Mi querido pedro, a veces la persona q menos pensamos es la persona q nos dejará algo..." <-Yde, la pegaste en un 100%.
Pedro, no es por darme la cuña, te lo prometo, pero te invito a leer el post en mi página llamado "Un Acercamiento Arretao". Es medio rarote que estés hablando de esto cuando acaba de pasarme todo lo contrario a mí este fín de semana. YO fui la que me acerqué... Vaya error... Ah, y Europa es lo más bello del mundo. Yo sólo he ido a Italia, pero me encantó tanto que me quiero mudar p'allá :)
Hay veces es mejor hablar con un extraño que con una persona conocida....claro hay ocasiones diferentes..pero esas veces cuentan mucho.
Cierto Sadeli. A veces, cuando hablo con ese tipo de personas, digo cosas que normalmente no las hablaría con un desconocido
men esto está chulo lo unico q no me registra como usuario de blogger... na pero me gusta...
Saludos desde los Estados Unidos. Feliz Navidad.
Michupi es una figura en Azua, es uno de mis mejores amigos...le gusta la literatura, la venta y como no, tambien su cerveza...por eso el nombre...Un Michupi sin su cerveza no seria un Michupi...Exitos amigo en Holanda o donde quiera que te encuentres y saludo a tu familia : tu hermano Angel
no hable cosas de personas que no conoces ! es mejor que conocas la persona primero ante que diga que usa droga !! yo conosco michupi y el le gusta su cerveza si pero no usa droga ! lo unico que digo es que no pongas estupideses en el internet de personas sin conocerlas!
Anonimo, si te fijas bien escribí "Nos Contaron". No recuerdo exactamente quien lo dijo esa noche, pero me dijeron eso. Si es verdad o no, ya es otro asunto. Pero eso me dijeron...
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