19 junio 2006

Second Chances

Parado en la ventana, mirando la pared del edificio de enfrente, como su personaje favorito, ante sus ojos desfilan los errores cometidos, las oportunidades perdidas. Se dice que cuando se está a punto de morir, los recuerdos pasan tal cual una película. Pero el, un invididuo que se enfermaba poco, estaba perfectamente saludable. Había encontrado en la soledad una aliada natural, y era esa misma soledad, a la que tantos le temían, la que había hecho propicia la ocasión para reflexionar.

El poseía la certeza de que debemos sazonar bien las palabras, porque era muy probable que tuvieramos que volver a tragarlas. Pero había sucedido nuevamente. Ya estaba cansado de cometer tantas veces el mismo error. Ya estaba hastiado de arruinar momentos, de esos que difícilmente vuelven a repetirse en la vida. Pero había tropezado nuevamente.

Carecía de las palabras precisas en el momento adecuado, aunque se sentía orgulloso de una honestidad casi imposible de conseguir estos días, a pesar de que muchas veces no le servía sino para arruinar cosas. Daría lo que fuese por cambiar eso, dejar atrás esa incapacidad para hacer que los buenos momentos fueran más prolongados. La distancia reinante le hacía sentir impotente.

Tantas veces había tropezado con la misma piedra, pero aún no conseguía levantar el pie al repetir el camino. Pero se sentía merecedor de una segunda oportunidad. Creía firmemente en ellas, porque es de los humanos cometer errores. Ya solo esperaba que ella le comprendiese. Que le perdonase esa indelicadeza cometida en nombre de la honestidad. Solo le restaba esperar.

A I.V., por los malos ratos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sucede que a veces, la honestidad sirve de mucho, pero en otras....

Pedro, note que hay varias palabras unidas, que llevan espacio y no lo tienen, dime, es a proposito que lo has hecho o se te ha ido... lo dudo... pq conociendote... jejeje.

Anónimo dijo...

Yde: Si, la honestidad suele arruinar momentos...

Gracias por la observación, pero no estaban unidas a propósito. Lo que sucede es que cuando estaba pasando el manuscrito a la compu, Office tenía un problema y usé Worpad por salir del paso...otra vez se comprueba que hay que hacer las cosas despacio...jejejej. Ya está corregido.

Anónimo dijo...

Damn, Peter... qué fuerte. Acuérdame contarte a quién me acuerda esto...

Por lo pronto, aveces la razón opaca los chances de una segunda oportunidad :(

Anónimo dijo...

Damn, Peter... qué fuerte. Acuérdame contarte a quién me acuerda esto...

Por lo pronto, aveces la razón opaca los chances de una segunda oportunidad :(

Anónimo dijo...

Deberias escribirte un libro...

Anónimo dijo...

Se dice que si no cometemos errores no aprendemos, o si no decimos la verdad como la sentimos nunca le dejaremos saber a esa persona lo que en verdad sientes o piensas de ella.
La verdad duele,y mas aun si viene de una persona por la cual sientes algo mas que una simple amistad. Si esa persona se da cuenta que lo que has dicho fue sincera sin deseo de herir o maldad, estoy segura que te dara el segundo oportunidad para que demuestres lo que en verdad piensas de ella.
Y no importa si sigues tropezando con la misma piedra, porque en algun momento esa persona tiene que entender que eres una persona directa y te gusta ser claro con lo sientes y piensas.

:P

Anónimo dijo...

dicen una cancion k si una persona choca con la misma piedra es pk ahi algo en su corazon :P

Anónimo dijo...

Yani: Si, está medio fuerte eso. Yo se que la razón no va a opacar mi segundo chance.

Yanni: ¿Y sobre que escribiría? No creo que pueda hacerlo...

Lisa: Lo que sucede es que hay momentos inoportunos en los que no se pueden decir ciertas cosas. Yo se que con el paso del tiempo esa persona se va a dar cuenta y me va a dar una segunda oportunidad.

Ariadne: ¿Es eso bueno ó malo?