22 marzo 2006

Resurgiendo

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Cuando estaba a punto de apagarse la débil llama en que se había convertido nuestra amistad, tal cual ave fénix resurgiendo de sus cenizas, todo cambió de repente. Solo bastó un dulce gesto, una mirada verdadera y profunda desnudando mi afligida alma, que me tomaras de la mano y me dijeras lo mucho que significo para ti. Solo eso hacía falta. No hicieron falta cenas en restaurantes lujosos, regalos costosos, flores cubiertas de falsos sentimientos. Nada de ello hizo falta. Solo unas simples palabras, dichas con el corazón, extraídas desde lo más profundo de tu maravilloso ser.

Y volví a confirmar que no nos podemos rendir, que hay que seguir adelante siempre, con la frente en alto, derrumbando murallas enormes, deshaciendo obstáculos. Me volviste a confirmar que se puede. Tantas veces me habías dicho que podía contar contigo, pero nunca tomé tan en serio esas palabras como lo hice ayer. Solo quiero dejar constancia de lo magnífico que fue ese momento cuando tus ojos encontraron los míos. De tus palabras de aliento. De tu vivo ejemplo de que las cosas sí pueden cambiar.

Solo quiero demostrarte lo agradecido que estoy por toda esa luz que sobre mi oscura vereda derramaste ayer. Y es que se siente bien cuando las personas que te aprecian de veras te lo dicen con toda sinceridad. No he salido aún de mi asombro por el giro maravilloso que está dando tu vida. Quiero que sepas que también puedes contar conmigo, que como siempre, estaré ahí para ti, no importa lo que pase, no importa la distancia, no importa nada, solo estaré ahí para ti como tu estuviste ayer para mí.

17 marzo 2006

Introspección

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Heme aquí. Creyente poseedor de un destino quijotesco para desfacer entuertos. Soñador empedernido. Amante de los buenos libros, la buena música, de un buen vino. Terco idealista y perfeccionista obsesionado con hacer las cosas como es debido. Loco esperanzado con cambiar el mundo y hacer del mismo un mejor lugar. Necio que no toma ningún tipo de medicamentos y detesta las visitas al doctor. Iluso soñador que se entrega sin condiciones a pesar de mil y una traiciones. Ferviente creyente en el valor real de la amistad sincera. Ser apasionado que se entrega por completo a las cosas que disfruta hacer. Enemigo acérrimo de los ignorantes y su proceder en esta vida.

Pudiera parecer el perfil ideal para colocarse en un sitio de citas virtuales, pero no. Es simplemente que necesitaba mirarme al espejo. Necesitaba en este preciso momento recordarme quien soy, afirmarme que me gusta ser lo que soy, que he sufrido miles de decepciones, que he disfrutado otras tantas alegrías por ello. Necesitaba recordarme que me siento a gusto viviendo mi individualidad de esta manera. Sí, en este preciso momento, lugar, situación en la que estoy sumergido. Ahora que tengo que levantarme cada día y dirigirme hacia un trabajo que odio, a enfrentarme con una manada de ignorantes que no saben hacer bien su trabajo, y peor aún no permiten ser ayudados, no cambian sus puntos de vista ni siquiera por su propio bien. Precisamente ahora, estando rodeado de personas sin merito alguno, cuyas posiciones actuales han sido ganadas a base de estar “informando” a los superiores, tergiversadores irremediables de hechos y situaciones.

Sí. Ahora mismo. Precisamente ahora tengo que levantar la frente, continuar con mis andanzas, sin importar cuan grandes sean esos gigantes que algunos consideran molinos de viento. Es solo eso. De cuando en vez necesitamos esa palmadita en la espalda, ese empujoncito, esas palabras de coraje. Y a falta de quien lo haga, quien mejor que yo. Yo mismo, el que se conoce mejor que nadie, el que sabe bien de que es capaz, el que conoce los límites propios. El que está consciente de donde quiere ir y de lo que se necesita para llegar allí. No más que esto. Unos minutos frente al espejo, para cerciorarme que a pesar de las heridas, aún puedo seguir en la batalla. Solo eso.

03 marzo 2006

Palabras desprendidas

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Se está convirtiendo una necesidad verte, palparte. Escuchar tus ideas, que refutes las mías. La necesidad es cada vez más latente. El miedo adquirido en el viaje me impide tomar acción alguna. Tus ojos buscando los míos, tu aroma embrujando mi ambiente... tu, toda tu. Palabras sin sentido, sin remitente, sin destinatario; palabras desprendidas desde lo más profundo de mi afligido y marchito ser. Solo eso...algunas palabras.